Hay momentos en que parece, perdemos la energía y la ilusión por que las cosas no salen como quisiéramos ,nuestras expectativas van más allá de lo que nos sucede y nos cuesta aceptar las situaciones….es un buen momento para parar a escucharnos, a centrarnos en encontrar de nuevo un camino que nos permita seguir adelante, escuchar nuestra intuición, escuchar al corazón y aprender de los hechos, a cambiar de actitud frente a lo que está pasando y encontrar nuestra sabiduría interior para recobrar nuestra energía, conectar con el presente tal cual es y decidir crear lo nuevo de lo que ya no nos sirve..
Sin un rumbo fijo y sin un sentido fácilmente nos desilusionamos ante las cosas, parece que no vamos a ningún sitio, que estamos estancados y que no hay propósito, anclados en las experiencias que atrapan nuestra mente y cuerpo, tanto del pasado como avanzándonos en preocupaciones del futuro.
Actuando por inercia esperando encontrar algo en la esquina, si acaso por casualidad, que nos permita continuar, sin dar un sentido no conseguimos liberarnos de la espiral negativa en que nos sumergimos.
Vale la pena sentarse, , detenerse y reflexionar, hacernos preguntas, retarnos, invitarnos a salir de lo conocido, confiar en nuestras posibilidades ,conocernos, hacer caso a nuestra intuición y desde la serenidad ir vislumbrando el sendero a seguir, irlo diseñando tomando las decisiones necesarias
Para es una invitación a conectar con la experiencia directa, con atención a lo que sucede, vivir con mayor conciencia dándonos cuenta de nuestra conducta y reacciones, de nuestros pensamientos y emociones, de nuestro cuerpo para empezar a elegir nuestras decisiones y reacciones.
Con perseverancia, constancia, conciencia y paciencia vamos dando pasos para nuestro bienestar viviendo en el presente con el motor encendido y la ilusión como compañera. Para que nuestra vida y los que nos rodean se contagien de los beneficios de vivir en armonía y sosiego.
Cultivando el arte de la no reacción para entrar en la experiencia más sabia de la serenidad y la calma de la mente. Detenernos, para ejercitar la calma, la quietud, la paz.
“El mundo es un espejo que refleja la imagen del observador»
Thackerry, William